Bar Arribes en Masueco. (El de la juventud).
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Sucedió que hace una década, unos amigos, comenzaron los trámites burocráticos necesarios con la finalidad de abrir en Masueco una casa de comidas, (lo que hoy los finos llamarían, negocio de restauración), como si los tomates de la Sr. Ramona necesitaran de tal obra.
En asuntos técnicos, todo transcurría por cauces mas o menos comprensibles. La maquinaria parece, cumplía todos los requisitos que el funcionario iba requiriendo, hasta que llegó la cafetera.
La idea de estos amigos, mitad por colocar una maquina de época en tan rustico local, otra, atendiendo a la falta de dinero, era instalar una de segunda mano que casi les regalaban.
Tras la exigencia por parte del representante de la Junta de C.y L. de realizar a tal artilugio una prueba de presión con carácter oficial, optaron estos amigos, declinar la instalación de tal elemento cafetero, y elaborarlo, en un vulgar y agradecido puchero, cosa que hicieron saber en el momento, a tan aprendiz de dictador.
La respuesta del mismo, fue instarles (con malos modales), a realizar una declaración jurada en la que hicieran constancia de su negativa a instalar dicha cafetera en el futuro mesón.
Durante un tiempo, estuvo expuesto en una pared de dicho local para conocimiento de todos los clientes, estos versos explicativos de tan singular conflicto.
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Como el Cid al rey Alfonso
que juró en Santa Gadea
sobre cerrojo de hierro
y ballesta de madera
Quiso un señor de la Junta
licenciado, o lo que fuera
lo hiciera yo ante la Biblia
versando de esta manera
Juro por Dios y la Patria
que este café de perol
por mucha brasa que le eche
nunca almacena presión.
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Esto tiene que ver con que el antaño bar de las Arribes de Masueco de la Ribera, (el bar del Rubio, que siempre fue el bar de la juventud de este pueblo), y cerrado desde hace algunos años, anda en labores de reforma( y papeles), para una próxima apertura, que deseo, y estoy seguro, va a ser de gran éxito.
De lo que no estoy tan seguro, es que no le (toque) el burócrata t…p…… de turno. Suerte.
Como suerte le deseo también a la familia de José Carretero, recientemente jubilado, y que por alrededor de treinta años tuvo a su cargo el conocido “bar Carretero” de dicha localidad.
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